Primer manifiesto comunista gramsciano.
De los primeros guevaristas-togliattianos hasta los últimos socialdemocratas gramscianos.
Por Gabriel S. P. Pautasso
DENTRO de las obras de ANTONIO GRAMSCI, publicadas por la editora EINAUDI, de Torino, Italia, perteneciente al P.C.I., figura una con la denominación “Pasatto e Presente”, editada por primera vez en 1951 y luego en 1966, comprendiendo 1.273 páginas.
Se supone que el grupo de choque de intelectuales marxistas-leninistas “disientes” del P.C.A. nucleados en Córdoba Capital, se inspiraba en su numen tutelar para iniciar la publicación como “revista trimestral de ideología y cultura”, en abril de 1963, denominándose “PASADO Y PRESENTE”.
Se propuso ser la expresión de un centro de elaboración cultural, relativamente independiente de la estructura del PCA y un punto de convergencia de los intelectuales comunistas con aquellos que provenían de otros sectores de la izquierda argentina.
La revista, cuya primera serie, concluye en septiembre de 1965 y se proponía organizar una compleja labor de recuperación de la “capacidad hegemónica” de la teoría marxista, sometiéndola a la prueba de las demandas de la realidad del presente de los años sesenta.
En tal sentido, los promotores e inspiradoras de “PASADO Y PRESENTE” rechazaban el marxismo-leninismo como patrimonio teórico y político, fundamento de una cultura de la transformación.
Se trataba de un núcleo de la intelligentzia comunista gramsciana que desarrolló una intensa actividad intelectual y editorial durante la década del setenta, hasta aproximadamente, 1975, mediante un órgano de difusión, la revisa trimestral “PASADO Y PRESENTE” y la editorial correspondiente, dedicada a la traducción de obras y textos comunistas.
Por ello, hemos considerado que puede atribuírsele a este grupo de choque gramsciano, ser el punto de partida de un verdadero lanzamiento de las ideas y el pensamiento de ANTONIO GRAMSCI, tal cual lo sostienen varias editoriales de la revista, a la que puede considerar – salvada la distancia, del tiempo y la profundidad del tema político – como el primer manifiesto comunista gramsciano de América, es decir, una declaración de principios marxista-leninistas basado fundamentalmente en el ideario y el pensamiento de ANTONIO GRAMSCI, que por primera vez tuvo su expresión concreta políticamente correcta en América hispánica. Y este núcleo marxista-leninista-gramsciano es hijo de la llamada de la “Reforma Universitaria” del “18” (año 1918) en Córdoba y se entronca en la tradición nacional liberal-socialista de la historia del pensamiento y las ideas argentino.
En el nº 4 de la revista “PASADO Y PRESENTE”, de enero-marzo de 1964, se nos presenta a modo de “Manifiesto comunista-gramsciano”, un artículo sumamente ilustrativo de JOSÉ MARÍA ARICÓ (cordobés de la ciudad de Villa María), titulado “Examen de Conciencia”, que refleja la filiación ideológica netamente inspirada en la filosofía de la praxis de ANTONIO GRAMSCI.
Transcribiremos – sin comentario – los principales de éste – a nuestro juicio – verdadero Manifiesto comunista-gramsciano, en la línea de aquél de CARLOS MARX (1848), pero elaborado más de un siglo después y con otra finalidad y en otra realidad histórica-política, totalmente extraña a los fundadores del comunismo (MARX, LENIN, ENGELS, STALIN y otros; esto es, el comunismo en América hispánica.
He aquí aquellos párrafos más significativos del artículo de ARICO, principal inspirador y conductor de la revista y editorial “Pasado y Presente”:
“Todo esto es parte de nuestra historia – sostiene ARICÓ – de la pequeña historia de un grupo de intelectuales, casi todos militantes comunistas, que creyó en la posibilidad de impulsar un proceso de renovación ideológica y práctica…”.
“¿Qué nos proponíamos con la edición de Pasado y Presente? Nuestra fe (sic) en el marxismo nos salvó de caer en el agnosticismo…Porque intuíamos la profunda verdad del marxismo… Por eso leíamos con avidez a MARX, LENIN y GRAMSCI, y éramos casi los únicos – esto sin jactancia – que lo hacíamos en el medio donde actuábamos.
En ese momento, ser revolucionario significaba, para nosotros, rechazar toda consideración táctica y afirmar resueltamente el lema gramsciano que adoptáramos como punto de partido: DECIR LA VERDAD ES SER REVOLUCIONARIO.
Deseábamos editar una revista que se convirtiese en un centro de elaboración crítica-revolucionaria, a partir de la aplicación creadora del materialismo histórico a nuestra realidad… Esto lo haríamos si fuésemos en verdad anticomunistas, y nadie puede probar que lo seamos… LENIN para nosotros significa la demostración de la vitalidad de un método…Como afirma con agudeza GRAMSCI, “la experiencia de muchos países… ha demostrado que si los campesinos se mueven por impulsos espontáneos, los intelectuales comienzan a oscilar y, recíprocamente, si un grupo de intelectuales se coloca sobre una nueva base de política filo campesina; ello concluye por arrastrar consigo a fracciones de masa cada vez más importante. “Se puede afirmar, sin embargo, que, dada la dispersión y el aislamiento de la población rural y de las dificultades para concretarla en sólidas organizaciones, conviene iniciar el movimiento por los grupos INTELECTUALES” (ANTONIO GRAMSCI, “Antalogia degli scritti”, Edirori Riuniti, Roma, 1963, tomo 2, pág. 22).
En una de sus notas, GRAMSCI demuestra cómo la “universalidad” de un verdad teórica reside precisamente en esa “incorporación” a la realidad concreta, y no “en su coherencia lógica y formal o en ser instrumento polémico útil para confundir al adversario”. “En suma – afirma – debe regir siempre el principio de que las ideas no nacen de otras ideas, que las filosofías no son generadas por otras filosofías, sino que son expresión siempre renovada del desarrollo histórico real. La unida de la historia, dice y continúa ARICÓ, los que los idealistas llaman unidad del espiritu, no es presupuesto, sino una continúa realización progresiva. La igualdad de realidad efectiva determina identidad de pensamiento y no inversa”. (ANTONIO GRAMSCI: “Passato e Presente). Sobre la “universalidad del leninismo”, conviene recordar el 90º aniversario de LENIN: “Conocidas – dice PALMIRO TOGLIATTI, camarada de GRAMSCI – son las columnas sobre las que se apoya el edificio de la doctrina científica y revolucionaria de LENIN: la del imperialismo y de las leyes de su desarrollo como fase suprema del capitalismo; la demostrada necesidad histórica de la ruptura de la cadena del dominio imperialista y por la tanto de REVOLUCIÓN PROLETARIA, de la rebelión de los pueblos subyugados por el colonialismo y el advenimiento de un nuevo ordenamiento económico y social; la renovación y demostración siguiendo las líneas trazadas por MARX y por ENGELS, de la función de guía revolucionaria que corresponde al partido de la clase obrera y, en consecuencia, la elaboración de una estrategia y de una táctica para este partido. Su insuperada capacidad de análisis, de generalización de los resultados de la investigación analítica y de la precisa determinación del carácter de toda situación concreta y de sus perspectivas se vinculaban siempre directamente con la práctica del trabajo revolucionario. “Es en la práctica de este trabajo donde se desarrolló la doctrina de LENIN. Es a través de esta práctica que ella encontró la prueba decisiva de su VERDAD y de su prodigiosa actividad creadora” (TOGLIATTI, PALMIRO: “LENIN e il nostro partito, Rinascista, nº 5, 1960, pág. 323”.
El “deshielo” ideológico y político nos obliga a muchas cosas. Ante todo, a revisar la concepción que teníamos del partido revolucionario basada más que en las apreciaciones de LENIN, en la pobre y rígida cristalización de algunos principios operada por STALIN, según sostiene JOSÉ MARÍA ARICÓ en Examen de Conciencia. Y por ello afirmábamos primer número de “PASADO y PRESENTE” que “si la vida nos plantea la necesidad objetiva de la formación de un nuevo BLOQUE HISTÓRICO de fuerzas y si ello presupone como condición imprescindible la presencia hegemónica del proletariado, es lógico que debamos buscar en el PASADO – especialmente en el PASADO MÁS RECIENTE – las razones que impidieron la concreción de una VOLUNTAD COLECTIVA NACIONAL DE TIPO REVOLUCIONARIA.
Sigo con ARICÓ, debemos indagar, por ejemplo, las causas que obstaculizaron la expansión del marxismo en el seno del proletariado, las trabas que mediaron para un inserción en la realidad para su inserción en la realidad nacional fuese débil y tardía, partiendo del criterio que esas trabas no provenían exclusivamente de la clase y del país, sino también del propio instrumento cognoscitivo o, mejor dicho, de la concepción que de él se tenía y de cómo se entendía la tarea de utilizarlo como esquema apto para una plena comprensión de la realidad nacional.
La revolución cubana, esa revolución “intrusa” – dice PASADO y PRESENTE – ese hecho inesperado, desconcertante, que venía a derrumbar los perfectos y aburridos esquemas TRANSFORMATIVAS de quienes ya habían decidido postergar las revoluciones para las “calendas griegas”, nos conmovió profundamente. Frente a la opinión “oficiosa” del ELENCO dirigente del Partido Comunista, desconfianza como de todo lo nuevo. CUBA se nos aparecía más que una expresión o un hecho afortunado, como la apertura de un nuevo curso revolucionario, la demostración práctica de los nuevos caminos abiertos por la modificación del contexto histórico-mundial, la plena evidencia de una nueva correlación de fuerzas que nos permitía presagiar la recuperación del impulso revolucionario iniciado con la revolución de octubre, como dice ARICÓ.
Así como no existen ni Estados ni partidos comunistas guías tampoco reconocemos la existencia de un “centro mundial del marxismo-leninismo” creador, esté en Moscú o en Pekín.
La experiencia de Cuba primero y de Argelia después demostrada fehacientemente que no es verdad que la organización revolucionaria marxista leninista sea siempre y en todas partes el partido comunista.
El problema reside en cómo, a partir de condiciones objetivas favorables y de un estado de resistencia pasiva de las masas a todo el ordenamiento estatal burgués, se puede llegar a crear una situación revolucionaria directa. Aquí la generalidad no cuenta, aquí lo único que cuenta es la habilidad táctica de una organización revolucionaria. La experiencia cubana (y argelina) se instala en ese nivel táctico del problema y demuestra que a partir del actual contexto histórico de la lucha de clases a nivel mundial (y continental, conviene agregar) es posible estimular, acelerar, la maduración de una situación revolucionaria directa.
La experiencia cubana demuestra que en los países dependientes del imperialismo no es cierto que la república “democrática” sea siempre la mejor cobertura para la lucha revolucionaria. La revolución cubana enseña que una situación puede ser considerada revolucionaria sólo si existen grupos revolucionarios – partido, frente o lo que sea – que estén dispuestos en los hechos, a dar en una palabra: si existe una vanguardia de clase revolucionaria, audaz, y flexible, que esté dispuesta a quemar en la acción los esquemas teóricos que contribuyeron a sedimentar el excesivo “realismo político” de algunas organizaciones anquilosadas.
La experiencia cubana y argelina revalorizan la posibilidad de la violencia como levadura necesaria del nuevo sistema. La violencia como medio de acentuar subjetivamente el enfrentamiento de clases.
El campesinado, aunque pueda actuar de primer motor, como eslabón que en los momentos de crisis tiende a ser el primero en reacciona, necesita, sin embargo, de la dirección política y revolucionaria de la clase obrera y de los intelectuales de avanzada, pues sin ella no podría lanzarse a la lucha para triunfar.
“La experiencia de JULIAO en Brasil y de las distintas luchas campesinas sucedidas en el mundo en los últimos años, demuestran cómo todo desarrollo orgánico de las masas está ligado a los movimientos de la estructura “INTELECTUAL” (esto es, organizativa) que los conecta y depende de esos movimientos”. “Sobre la cuestión del “transformismo” es útil consultar, por los innumerables puntos de “transformismo” es útil consultar, por los innumerables puntos de contacto que ofrece con nuestra problemática, los trabajos de ANTONIO GRAMSCI referidos a In problema Della direzione politica nella formazione e nello sviluppo Della nazione e nello Stato moderno in Italia y Alcuni temi Della question meridionale”, pág. 241 a 265.
En otro número de la revista PASADO y PRESENTE, JOSÉ MARÍ ARICO “alias PANCHO”, reafirma como fuente de inspiración al pensador y revolucionario italiano, nº 2, pág. 203/204.
En la misma línea de la difusión y adoctrinamiento del gramscismo en América Hispanoamérica debe observarse como hito fundamental, el repertorio bibliográfico redactado por ELSA FUBINI, en oportunidad del Coloquio de Cagliari en 1967, para advertir que fue precisamente en América donde los “CUADERNOS DE LA CÁRCEL” aparecieron por primeras vez, traducidos ya no sólo al castellano, sino, pocos años después, al portugués y últimamente debe mencionarse la comunicación presentada por JOSÉ MARÍA ARICÓ, el inspirador y director cordobés, en el Seminario Internacional sobre “LAS TRANSFORMACIONES POLÍTICAS DE AMÉRICA: LA PRESENCIA DE GRAMSCI EN LA CULTURA LATINOAMERICANA”, organizado por el Instituto Gramsci (verdadero trust de los cerebros) en Ferrara, Italia, lo días 11, 12 y 13 de septiembre de 1985.
En MORELIA, México presentaron comunicaciones, JUAN CARLOS PORTANTIERO, “La categoría di nazionale-popolare nel pensiero politici latino americano”; ARNALDO CÓRDOVA, “ANTONIO GRAMSCI y la izquierda mexicana”; JOSÉ NUN (MONJA), “Elementos para una teoría de la democracia: GRAMSCI y el sentido común”, esta ponencia presentada Ferrara; NÉSTOR GARCÍA CANCLINI, “GRAMSCI y las culturas populares en América”, también en Ferrara, por el Instituto Gramsci; de MARIO PROTO, “GRAMSCI, MARIATEGUI y la teología de la liberación”.
En una primera etapa de su existencia ideológica, “PASADO y PRESENTE” (o Grupo de choque gramsciano dirigido de JOSÉ MARÍA ARICO alias “PANCHO”, fue un órgano político y cultural de la izquierda cordobesa, con acentuado prestigio intelectual y editorial en ciertos medios de la inteligencia universitaria y académica, vinculada al campo ideológico del leninismo castrista. Lo que diferencia al grupo PASADO y PRESENTE y su Manifiesto Gramsciano de la demás corrientes similares, muy activas desde la década sesenta y setenta, surgidas del Partido Socialista, o del fraccionamiento del Partido Comunista en la Argentina, o de raíz católica tercermundista y progresista de los sesenta y setenta: ANGELELLI, GAIDO, DE LA FERRERA, VISCOVICH, VAUDAGNA y tantos curas tercermundistas, era la acusada y expresa filiación gramsciana. Este movimiento de intelectuales reconocía la potencialidad revolucionaria de los círculos tercermundistas, castristas, guevaristas, fanonianos, etc., tratando de establecer un nexo con los procesos de recomposición del marxismo occidental europeo que, para PASADO y PRESENTE, tenían su centro en Italia. De ahí, la rara mixtura que se atribuyen sus promotores y animadores: GUEVARISTAS-TOGLIATTIANOS.
No deja de ser simbólico también, dice ARICÓ, que junto a ATILIO LÓPEZ haya caído asesinado por las bandas de la Triple JUAN JOSÉ VARAS, compañero y amigo entrañable, uno de los cuatro mosqueteros que organizamos la editorial PASADO y PRESENTE: OSCAR DEL BARCO, SANTIAGO FUNES, VARAS y yo: JOSÉ MARÍA ARICÓ.
Por consiguiente, se realizó la tentativa de trabajar en el interior del Partido Comunista en la Argentina para lograr su renovación ideológica, o luego de la expulsión del PCA, el descubrimiento de la potencialidad revolucionaria alojada en la sociedad civil argentina, según sus intérpretes gramscianos, que pudiera ofrecer una base de sustentación para una izquierda colocada objetivamente fuer del sistema, hasta finalmente el reconocimiento de la emergencia del clasismo sindical: Sitrac-Sitram, Luz y Fuerza, SMATA, GREGORIO FLORES, AGUSTÍN TOSCO (el anti-RUCCI) y RENÉ SALAMANCA en las fábricas automotrices cordobeses (como la IKA, FIAT, F.M.A.) y los problemas que ella planteaba a una izquierda intelectual que buscaba un nexo “orgánico” con los trabajadores sindicalizados de la industrializada Córdoba de los sesenta.
Tratan el tema: DANIEL AVALOS, “La guerrilla del Che y Masetti en Salta. 1964. Testimonio de HÉCTOR JOUVE”. Editorial La Intemperie, Córdoba, Luis E. RODEIRO, 2ª edición, 2005; RAÚL BURGOS, “Los gramscianos argentinos. Cultura y política en la experiencia de Pasado y Presente. Buenos Aires, Editorial Siglo XXI, 2004; JULIO SANTUCHO, “Los últimos guevaristas”. Surimiento y eclipse del Ejército Revolucionario del Pueblo. Puntosur, Buenos Aires, 1988; HORACIO TARCUS, “Diccionario biográfico de la izquierda argentina. De los anarquistas hasta la “nueva izquierda” (1870-1976), EMECE, Buenos Aires, 2007; HORACIO CRESPO alias AGUSTÍN CUEVAS, “ARICÓ, JOSÉ MARÍA” p. 22-25 y FILMOGRAFIA, RAFAEL FILIPELLI, JOSÉ ARICÓ, Argentina, 1992.
Por todo ello, PASADO y PRESENTE fue la manifestación de un grupo que luchaba por individualizarla un interlocutor de clase. El desaliento que sucedió al FRACASO de la GUERRILLA CASTRISTA-GUEVARISTA de mediados de la década de los “60” – Conferencia Tricontinental de La Habana – y la caída del gobierno radical de ARTURO U. ILLIA en 1966, puso en evidencia el extremo aislamiento colocado de un grupo colocado fuera del terreno concreto de la política.
La Revista Pasado y Presente reanudó sus publicaciones de la editorial por un breve período, entre abril y diciembre de 1973. Estuvo vinculada al proyecto de la formación de la autodenominada “TENDENCIA REVOLUCIONARIA” o “SOCIALISMO NACIONAL”, de izquierda intelectual, en el interior de movimiento nacional justicialista. La revista desaparece con el fracaso estrepitoso de las utopías revolucionarios del movimiento del mayo francés parisino de 1968, la revolución cultural de COHEN-BENDIT.
Su trayectoria fue muy corta: desde la experiencia del llamado por todos sectores de izquierda “Cordobazo”, hasta el fracaso del segundo gobierno peronista en 1976. Según algunos intelectuales de izquierda, entre ellos JUAN JOSÉ SEBRELI, fue la revista un órgano oficioso de la OPM Montoneros, en el sentido de que recepto algunas propuestas de este movimiento guerrillero, y porque descubrir en él una posibilidad concreta de reconstitución del peronismo, en un plano de vanguardia revolucionaria.
La revista afirmaba – en su número 2/3 (nueva serie) de julio-diciembre de 1973, reproducida por la revista del Partido Intransigente, “MILITANCIA”, Buenos Aires, 1985, en su artículo editorial, que:
“PERÓN es hoy presidente por la radicalización política y militar de masas en la Argentina y los grupos revolucionarios peronistas son el principal emergente de ese proceso (…). Los grupos revolucionarios del peronismo corren en la dirección de las masas, expresan los nuevos contenidos de su presencia en nuestra sociedad (civil). “El este sentido, que va hacia la definición de un proyecto estratégico, el discurso de MARIO FIRMENICH del 22 de agosto configura un paso muy importante para la definición de la etapa actual y de las tareas que ella derivan”.
En ese mismo número, JUAN CARLOS PORTANTIERO, el mismo de Pasado y Presente y “Los Usos de GRAMSCI” y el concurrente al seminario de Morelia en el que se constituyó la filosofía de la praxis (GRAMSCI quiere decir MARXISMO) como única alternativa válida ideológica para América hispánica, según las orientaciones de la socialdemocracia internacional sostenía en otro artículo:
“La prédica anticipadora de JOHN WILLIAM COOKE ya no es una vez casi solitaria: pertenece a los obreros de las grandes fábricas, a los villeros (piqueteros), a los campesinos de las ligas agrarias, a los estudiantes, a los intelectuales y a todos los MILITANTES revolucionarios que se han apropiado de su mensaje y lo desarrollan todos los días”. (p. 3).
Sintetizando y para finalizar esta comunicación. Debemos decir que la revista y, por consiguiente, el grupo, se mantuvieron siempre en el terreno del marxismo militante y de la izquierda socialista.
GRAMSCI les permitió fijar dos orientaciones que, con mayor o menor claridad, estuvieron en las dos series de la revista:
1) La búsqueda del contexto nacional desde el cual pensar el problema de la transformación (revolución) y del socialismo.
2) La aceptación de la perspectiva socialista concebida como un proceso que se desarrolla a parir de la sociedad civil, de las masas, de sus propias instituciones y organismos, en clave gramsciana.
Si admitimos que son dos las categorías esenciales del análisis teórico de ANTONIO GRAMSCI – la Criticidad y la Historicidad – consideraremos que fueron precisamente éstas las que el primer manifiesto gramsciano de América procuró privilegiar – sin haberlo logrado según su enfoque marxista-leninista y en la problematización de la historia del Marxismo.
En la historia reciente, este grupo de choque se consolidó gracias al apoyo que le brindó el Gobierno Radical-socialista instaurado en nuestro país desde 1983 hasta 1989, desde el Club de Cultura Socialista a las revistas “Ciudad Futuro” como en la misma de GRAMSCI, “PUNTO DE VISTA”, “PLURAL” sobre la nº 13. y hasta los medios “Córdoba” Y “La Voz del Interior”, y así, podríamos seguir agregando testimonios esclarecedores del itinerario revolucionario de la revista y editorial “PASADO Y PRESENTE”.
Por último, EL TEÓRICO ITALIANO MASSIMO L. SALVADORI (“GRAMSCI y el PCI: dos concepciones de la Hegemonía”, Mondooperario, 1976), sintetiza con excepcional los puntos centrales del pensamiento de ANTONIO GRAMSCI:
“Los puntos de la teorización que más se utilizan… son los que se refieren:
1) a la necesidad, para una fuerza que pretenda fundar un nuevo Estado, de convertirse en hegemónica aún antes de llegar al poder;
2) a la necesidad, para el proletariado de vincular a su perspectiva un bloque de fuerzas históricas capaz de expresar la complejidad de la sociedad civil;
3) a la necesidad, de atribuir un papel central a la vinculación con los INTELECTUALES;
4) a la necesidad, de desarrollar en Occidente (y América) una lucha que tenga adecuadamente en cuenta las dificultades y las diferencias entre las formas de la revolución social en Rusia y las formas de un proceso revolucionario en los países capitalistas desarrollados, es decir, de tener en cuenta las lecciones que se desprenden del fracaso de la revolución en Europa central y occidental en la primera posguerra”.
Consideramos, luego de este breve estudio, que tales condiciones se plantearon y desarrollaron, en el grupo de choque “PASADO Y PRESENTE” de ARICÓ de Córdoba.
INVOCAMOS en este día tan especial, el del aniversario de la batalla de LEPANTO, un 7 de octubre de 1571, a los 418º años de aquel acontecimiento trascendental para la Cristiandad, y pedimos la protección de la Santísima VIRGEN MARÍA, NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, para que guíe e ilumine a todos los que luchan contra los enemigos de la Ciudad Cristiana: POR DIOS y POR LA PATRIA.
GRATIAS AGAMUS DOMINO DEO NOSTRO!
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 326
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De los primeros guevaristas-togliattianos hasta los últimos socialdemocratas gramscianos.
Por Gabriel S. P. Pautasso
DENTRO de las obras de ANTONIO GRAMSCI, publicadas por la editora EINAUDI, de Torino, Italia, perteneciente al P.C.I., figura una con la denominación “Pasatto e Presente”, editada por primera vez en 1951 y luego en 1966, comprendiendo 1.273 páginas.
Se supone que el grupo de choque de intelectuales marxistas-leninistas “disientes” del P.C.A. nucleados en Córdoba Capital, se inspiraba en su numen tutelar para iniciar la publicación como “revista trimestral de ideología y cultura”, en abril de 1963, denominándose “PASADO Y PRESENTE”.
Se propuso ser la expresión de un centro de elaboración cultural, relativamente independiente de la estructura del PCA y un punto de convergencia de los intelectuales comunistas con aquellos que provenían de otros sectores de la izquierda argentina.
La revista, cuya primera serie, concluye en septiembre de 1965 y se proponía organizar una compleja labor de recuperación de la “capacidad hegemónica” de la teoría marxista, sometiéndola a la prueba de las demandas de la realidad del presente de los años sesenta.
En tal sentido, los promotores e inspiradoras de “PASADO Y PRESENTE” rechazaban el marxismo-leninismo como patrimonio teórico y político, fundamento de una cultura de la transformación.
Se trataba de un núcleo de la intelligentzia comunista gramsciana que desarrolló una intensa actividad intelectual y editorial durante la década del setenta, hasta aproximadamente, 1975, mediante un órgano de difusión, la revisa trimestral “PASADO Y PRESENTE” y la editorial correspondiente, dedicada a la traducción de obras y textos comunistas.
Por ello, hemos considerado que puede atribuírsele a este grupo de choque gramsciano, ser el punto de partida de un verdadero lanzamiento de las ideas y el pensamiento de ANTONIO GRAMSCI, tal cual lo sostienen varias editoriales de la revista, a la que puede considerar – salvada la distancia, del tiempo y la profundidad del tema político – como el primer manifiesto comunista gramsciano de América, es decir, una declaración de principios marxista-leninistas basado fundamentalmente en el ideario y el pensamiento de ANTONIO GRAMSCI, que por primera vez tuvo su expresión concreta políticamente correcta en América hispánica. Y este núcleo marxista-leninista-gramsciano es hijo de la llamada de la “Reforma Universitaria” del “18” (año 1918) en Córdoba y se entronca en la tradición nacional liberal-socialista de la historia del pensamiento y las ideas argentino.
En el nº 4 de la revista “PASADO Y PRESENTE”, de enero-marzo de 1964, se nos presenta a modo de “Manifiesto comunista-gramsciano”, un artículo sumamente ilustrativo de JOSÉ MARÍA ARICÓ (cordobés de la ciudad de Villa María), titulado “Examen de Conciencia”, que refleja la filiación ideológica netamente inspirada en la filosofía de la praxis de ANTONIO GRAMSCI.
Transcribiremos – sin comentario – los principales de éste – a nuestro juicio – verdadero Manifiesto comunista-gramsciano, en la línea de aquél de CARLOS MARX (1848), pero elaborado más de un siglo después y con otra finalidad y en otra realidad histórica-política, totalmente extraña a los fundadores del comunismo (MARX, LENIN, ENGELS, STALIN y otros; esto es, el comunismo en América hispánica.
He aquí aquellos párrafos más significativos del artículo de ARICO, principal inspirador y conductor de la revista y editorial “Pasado y Presente”:
“Todo esto es parte de nuestra historia – sostiene ARICÓ – de la pequeña historia de un grupo de intelectuales, casi todos militantes comunistas, que creyó en la posibilidad de impulsar un proceso de renovación ideológica y práctica…”.
“¿Qué nos proponíamos con la edición de Pasado y Presente? Nuestra fe (sic) en el marxismo nos salvó de caer en el agnosticismo…Porque intuíamos la profunda verdad del marxismo… Por eso leíamos con avidez a MARX, LENIN y GRAMSCI, y éramos casi los únicos – esto sin jactancia – que lo hacíamos en el medio donde actuábamos.
En ese momento, ser revolucionario significaba, para nosotros, rechazar toda consideración táctica y afirmar resueltamente el lema gramsciano que adoptáramos como punto de partido: DECIR LA VERDAD ES SER REVOLUCIONARIO.
Deseábamos editar una revista que se convirtiese en un centro de elaboración crítica-revolucionaria, a partir de la aplicación creadora del materialismo histórico a nuestra realidad… Esto lo haríamos si fuésemos en verdad anticomunistas, y nadie puede probar que lo seamos… LENIN para nosotros significa la demostración de la vitalidad de un método…Como afirma con agudeza GRAMSCI, “la experiencia de muchos países… ha demostrado que si los campesinos se mueven por impulsos espontáneos, los intelectuales comienzan a oscilar y, recíprocamente, si un grupo de intelectuales se coloca sobre una nueva base de política filo campesina; ello concluye por arrastrar consigo a fracciones de masa cada vez más importante. “Se puede afirmar, sin embargo, que, dada la dispersión y el aislamiento de la población rural y de las dificultades para concretarla en sólidas organizaciones, conviene iniciar el movimiento por los grupos INTELECTUALES” (ANTONIO GRAMSCI, “Antalogia degli scritti”, Edirori Riuniti, Roma, 1963, tomo 2, pág. 22).
En una de sus notas, GRAMSCI demuestra cómo la “universalidad” de un verdad teórica reside precisamente en esa “incorporación” a la realidad concreta, y no “en su coherencia lógica y formal o en ser instrumento polémico útil para confundir al adversario”. “En suma – afirma – debe regir siempre el principio de que las ideas no nacen de otras ideas, que las filosofías no son generadas por otras filosofías, sino que son expresión siempre renovada del desarrollo histórico real. La unida de la historia, dice y continúa ARICÓ, los que los idealistas llaman unidad del espiritu, no es presupuesto, sino una continúa realización progresiva. La igualdad de realidad efectiva determina identidad de pensamiento y no inversa”. (ANTONIO GRAMSCI: “Passato e Presente). Sobre la “universalidad del leninismo”, conviene recordar el 90º aniversario de LENIN: “Conocidas – dice PALMIRO TOGLIATTI, camarada de GRAMSCI – son las columnas sobre las que se apoya el edificio de la doctrina científica y revolucionaria de LENIN: la del imperialismo y de las leyes de su desarrollo como fase suprema del capitalismo; la demostrada necesidad histórica de la ruptura de la cadena del dominio imperialista y por la tanto de REVOLUCIÓN PROLETARIA, de la rebelión de los pueblos subyugados por el colonialismo y el advenimiento de un nuevo ordenamiento económico y social; la renovación y demostración siguiendo las líneas trazadas por MARX y por ENGELS, de la función de guía revolucionaria que corresponde al partido de la clase obrera y, en consecuencia, la elaboración de una estrategia y de una táctica para este partido. Su insuperada capacidad de análisis, de generalización de los resultados de la investigación analítica y de la precisa determinación del carácter de toda situación concreta y de sus perspectivas se vinculaban siempre directamente con la práctica del trabajo revolucionario. “Es en la práctica de este trabajo donde se desarrolló la doctrina de LENIN. Es a través de esta práctica que ella encontró la prueba decisiva de su VERDAD y de su prodigiosa actividad creadora” (TOGLIATTI, PALMIRO: “LENIN e il nostro partito, Rinascista, nº 5, 1960, pág. 323”.
El “deshielo” ideológico y político nos obliga a muchas cosas. Ante todo, a revisar la concepción que teníamos del partido revolucionario basada más que en las apreciaciones de LENIN, en la pobre y rígida cristalización de algunos principios operada por STALIN, según sostiene JOSÉ MARÍA ARICÓ en Examen de Conciencia. Y por ello afirmábamos primer número de “PASADO y PRESENTE” que “si la vida nos plantea la necesidad objetiva de la formación de un nuevo BLOQUE HISTÓRICO de fuerzas y si ello presupone como condición imprescindible la presencia hegemónica del proletariado, es lógico que debamos buscar en el PASADO – especialmente en el PASADO MÁS RECIENTE – las razones que impidieron la concreción de una VOLUNTAD COLECTIVA NACIONAL DE TIPO REVOLUCIONARIA.
Sigo con ARICÓ, debemos indagar, por ejemplo, las causas que obstaculizaron la expansión del marxismo en el seno del proletariado, las trabas que mediaron para un inserción en la realidad para su inserción en la realidad nacional fuese débil y tardía, partiendo del criterio que esas trabas no provenían exclusivamente de la clase y del país, sino también del propio instrumento cognoscitivo o, mejor dicho, de la concepción que de él se tenía y de cómo se entendía la tarea de utilizarlo como esquema apto para una plena comprensión de la realidad nacional.
La revolución cubana, esa revolución “intrusa” – dice PASADO y PRESENTE – ese hecho inesperado, desconcertante, que venía a derrumbar los perfectos y aburridos esquemas TRANSFORMATIVAS de quienes ya habían decidido postergar las revoluciones para las “calendas griegas”, nos conmovió profundamente. Frente a la opinión “oficiosa” del ELENCO dirigente del Partido Comunista, desconfianza como de todo lo nuevo. CUBA se nos aparecía más que una expresión o un hecho afortunado, como la apertura de un nuevo curso revolucionario, la demostración práctica de los nuevos caminos abiertos por la modificación del contexto histórico-mundial, la plena evidencia de una nueva correlación de fuerzas que nos permitía presagiar la recuperación del impulso revolucionario iniciado con la revolución de octubre, como dice ARICÓ.
Así como no existen ni Estados ni partidos comunistas guías tampoco reconocemos la existencia de un “centro mundial del marxismo-leninismo” creador, esté en Moscú o en Pekín.
La experiencia de Cuba primero y de Argelia después demostrada fehacientemente que no es verdad que la organización revolucionaria marxista leninista sea siempre y en todas partes el partido comunista.
El problema reside en cómo, a partir de condiciones objetivas favorables y de un estado de resistencia pasiva de las masas a todo el ordenamiento estatal burgués, se puede llegar a crear una situación revolucionaria directa. Aquí la generalidad no cuenta, aquí lo único que cuenta es la habilidad táctica de una organización revolucionaria. La experiencia cubana (y argelina) se instala en ese nivel táctico del problema y demuestra que a partir del actual contexto histórico de la lucha de clases a nivel mundial (y continental, conviene agregar) es posible estimular, acelerar, la maduración de una situación revolucionaria directa.
La experiencia cubana demuestra que en los países dependientes del imperialismo no es cierto que la república “democrática” sea siempre la mejor cobertura para la lucha revolucionaria. La revolución cubana enseña que una situación puede ser considerada revolucionaria sólo si existen grupos revolucionarios – partido, frente o lo que sea – que estén dispuestos en los hechos, a dar en una palabra: si existe una vanguardia de clase revolucionaria, audaz, y flexible, que esté dispuesta a quemar en la acción los esquemas teóricos que contribuyeron a sedimentar el excesivo “realismo político” de algunas organizaciones anquilosadas.
La experiencia cubana y argelina revalorizan la posibilidad de la violencia como levadura necesaria del nuevo sistema. La violencia como medio de acentuar subjetivamente el enfrentamiento de clases.
El campesinado, aunque pueda actuar de primer motor, como eslabón que en los momentos de crisis tiende a ser el primero en reacciona, necesita, sin embargo, de la dirección política y revolucionaria de la clase obrera y de los intelectuales de avanzada, pues sin ella no podría lanzarse a la lucha para triunfar.
“La experiencia de JULIAO en Brasil y de las distintas luchas campesinas sucedidas en el mundo en los últimos años, demuestran cómo todo desarrollo orgánico de las masas está ligado a los movimientos de la estructura “INTELECTUAL” (esto es, organizativa) que los conecta y depende de esos movimientos”. “Sobre la cuestión del “transformismo” es útil consultar, por los innumerables puntos de “transformismo” es útil consultar, por los innumerables puntos de contacto que ofrece con nuestra problemática, los trabajos de ANTONIO GRAMSCI referidos a In problema Della direzione politica nella formazione e nello sviluppo Della nazione e nello Stato moderno in Italia y Alcuni temi Della question meridionale”, pág. 241 a 265.
En otro número de la revista PASADO y PRESENTE, JOSÉ MARÍ ARICO “alias PANCHO”, reafirma como fuente de inspiración al pensador y revolucionario italiano, nº 2, pág. 203/204.
En la misma línea de la difusión y adoctrinamiento del gramscismo en América Hispanoamérica debe observarse como hito fundamental, el repertorio bibliográfico redactado por ELSA FUBINI, en oportunidad del Coloquio de Cagliari en 1967, para advertir que fue precisamente en América donde los “CUADERNOS DE LA CÁRCEL” aparecieron por primeras vez, traducidos ya no sólo al castellano, sino, pocos años después, al portugués y últimamente debe mencionarse la comunicación presentada por JOSÉ MARÍA ARICÓ, el inspirador y director cordobés, en el Seminario Internacional sobre “LAS TRANSFORMACIONES POLÍTICAS DE AMÉRICA: LA PRESENCIA DE GRAMSCI EN LA CULTURA LATINOAMERICANA”, organizado por el Instituto Gramsci (verdadero trust de los cerebros) en Ferrara, Italia, lo días 11, 12 y 13 de septiembre de 1985.
En MORELIA, México presentaron comunicaciones, JUAN CARLOS PORTANTIERO, “La categoría di nazionale-popolare nel pensiero politici latino americano”; ARNALDO CÓRDOVA, “ANTONIO GRAMSCI y la izquierda mexicana”; JOSÉ NUN (MONJA), “Elementos para una teoría de la democracia: GRAMSCI y el sentido común”, esta ponencia presentada Ferrara; NÉSTOR GARCÍA CANCLINI, “GRAMSCI y las culturas populares en América”, también en Ferrara, por el Instituto Gramsci; de MARIO PROTO, “GRAMSCI, MARIATEGUI y la teología de la liberación”.
En una primera etapa de su existencia ideológica, “PASADO y PRESENTE” (o Grupo de choque gramsciano dirigido de JOSÉ MARÍA ARICO alias “PANCHO”, fue un órgano político y cultural de la izquierda cordobesa, con acentuado prestigio intelectual y editorial en ciertos medios de la inteligencia universitaria y académica, vinculada al campo ideológico del leninismo castrista. Lo que diferencia al grupo PASADO y PRESENTE y su Manifiesto Gramsciano de la demás corrientes similares, muy activas desde la década sesenta y setenta, surgidas del Partido Socialista, o del fraccionamiento del Partido Comunista en la Argentina, o de raíz católica tercermundista y progresista de los sesenta y setenta: ANGELELLI, GAIDO, DE LA FERRERA, VISCOVICH, VAUDAGNA y tantos curas tercermundistas, era la acusada y expresa filiación gramsciana. Este movimiento de intelectuales reconocía la potencialidad revolucionaria de los círculos tercermundistas, castristas, guevaristas, fanonianos, etc., tratando de establecer un nexo con los procesos de recomposición del marxismo occidental europeo que, para PASADO y PRESENTE, tenían su centro en Italia. De ahí, la rara mixtura que se atribuyen sus promotores y animadores: GUEVARISTAS-TOGLIATTIANOS.
No deja de ser simbólico también, dice ARICÓ, que junto a ATILIO LÓPEZ haya caído asesinado por las bandas de la Triple JUAN JOSÉ VARAS, compañero y amigo entrañable, uno de los cuatro mosqueteros que organizamos la editorial PASADO y PRESENTE: OSCAR DEL BARCO, SANTIAGO FUNES, VARAS y yo: JOSÉ MARÍA ARICÓ.
Por consiguiente, se realizó la tentativa de trabajar en el interior del Partido Comunista en la Argentina para lograr su renovación ideológica, o luego de la expulsión del PCA, el descubrimiento de la potencialidad revolucionaria alojada en la sociedad civil argentina, según sus intérpretes gramscianos, que pudiera ofrecer una base de sustentación para una izquierda colocada objetivamente fuer del sistema, hasta finalmente el reconocimiento de la emergencia del clasismo sindical: Sitrac-Sitram, Luz y Fuerza, SMATA, GREGORIO FLORES, AGUSTÍN TOSCO (el anti-RUCCI) y RENÉ SALAMANCA en las fábricas automotrices cordobeses (como la IKA, FIAT, F.M.A.) y los problemas que ella planteaba a una izquierda intelectual que buscaba un nexo “orgánico” con los trabajadores sindicalizados de la industrializada Córdoba de los sesenta.
Tratan el tema: DANIEL AVALOS, “La guerrilla del Che y Masetti en Salta. 1964. Testimonio de HÉCTOR JOUVE”. Editorial La Intemperie, Córdoba, Luis E. RODEIRO, 2ª edición, 2005; RAÚL BURGOS, “Los gramscianos argentinos. Cultura y política en la experiencia de Pasado y Presente. Buenos Aires, Editorial Siglo XXI, 2004; JULIO SANTUCHO, “Los últimos guevaristas”. Surimiento y eclipse del Ejército Revolucionario del Pueblo. Puntosur, Buenos Aires, 1988; HORACIO TARCUS, “Diccionario biográfico de la izquierda argentina. De los anarquistas hasta la “nueva izquierda” (1870-1976), EMECE, Buenos Aires, 2007; HORACIO CRESPO alias AGUSTÍN CUEVAS, “ARICÓ, JOSÉ MARÍA” p. 22-25 y FILMOGRAFIA, RAFAEL FILIPELLI, JOSÉ ARICÓ, Argentina, 1992.
Por todo ello, PASADO y PRESENTE fue la manifestación de un grupo que luchaba por individualizarla un interlocutor de clase. El desaliento que sucedió al FRACASO de la GUERRILLA CASTRISTA-GUEVARISTA de mediados de la década de los “60” – Conferencia Tricontinental de La Habana – y la caída del gobierno radical de ARTURO U. ILLIA en 1966, puso en evidencia el extremo aislamiento colocado de un grupo colocado fuera del terreno concreto de la política.
La Revista Pasado y Presente reanudó sus publicaciones de la editorial por un breve período, entre abril y diciembre de 1973. Estuvo vinculada al proyecto de la formación de la autodenominada “TENDENCIA REVOLUCIONARIA” o “SOCIALISMO NACIONAL”, de izquierda intelectual, en el interior de movimiento nacional justicialista. La revista desaparece con el fracaso estrepitoso de las utopías revolucionarios del movimiento del mayo francés parisino de 1968, la revolución cultural de COHEN-BENDIT.
Su trayectoria fue muy corta: desde la experiencia del llamado por todos sectores de izquierda “Cordobazo”, hasta el fracaso del segundo gobierno peronista en 1976. Según algunos intelectuales de izquierda, entre ellos JUAN JOSÉ SEBRELI, fue la revista un órgano oficioso de la OPM Montoneros, en el sentido de que recepto algunas propuestas de este movimiento guerrillero, y porque descubrir en él una posibilidad concreta de reconstitución del peronismo, en un plano de vanguardia revolucionaria.
La revista afirmaba – en su número 2/3 (nueva serie) de julio-diciembre de 1973, reproducida por la revista del Partido Intransigente, “MILITANCIA”, Buenos Aires, 1985, en su artículo editorial, que:
“PERÓN es hoy presidente por la radicalización política y militar de masas en la Argentina y los grupos revolucionarios peronistas son el principal emergente de ese proceso (…). Los grupos revolucionarios del peronismo corren en la dirección de las masas, expresan los nuevos contenidos de su presencia en nuestra sociedad (civil). “El este sentido, que va hacia la definición de un proyecto estratégico, el discurso de MARIO FIRMENICH del 22 de agosto configura un paso muy importante para la definición de la etapa actual y de las tareas que ella derivan”.
En ese mismo número, JUAN CARLOS PORTANTIERO, el mismo de Pasado y Presente y “Los Usos de GRAMSCI” y el concurrente al seminario de Morelia en el que se constituyó la filosofía de la praxis (GRAMSCI quiere decir MARXISMO) como única alternativa válida ideológica para América hispánica, según las orientaciones de la socialdemocracia internacional sostenía en otro artículo:
“La prédica anticipadora de JOHN WILLIAM COOKE ya no es una vez casi solitaria: pertenece a los obreros de las grandes fábricas, a los villeros (piqueteros), a los campesinos de las ligas agrarias, a los estudiantes, a los intelectuales y a todos los MILITANTES revolucionarios que se han apropiado de su mensaje y lo desarrollan todos los días”. (p. 3).
Sintetizando y para finalizar esta comunicación. Debemos decir que la revista y, por consiguiente, el grupo, se mantuvieron siempre en el terreno del marxismo militante y de la izquierda socialista.
GRAMSCI les permitió fijar dos orientaciones que, con mayor o menor claridad, estuvieron en las dos series de la revista:
1) La búsqueda del contexto nacional desde el cual pensar el problema de la transformación (revolución) y del socialismo.
2) La aceptación de la perspectiva socialista concebida como un proceso que se desarrolla a parir de la sociedad civil, de las masas, de sus propias instituciones y organismos, en clave gramsciana.
Si admitimos que son dos las categorías esenciales del análisis teórico de ANTONIO GRAMSCI – la Criticidad y la Historicidad – consideraremos que fueron precisamente éstas las que el primer manifiesto gramsciano de América procuró privilegiar – sin haberlo logrado según su enfoque marxista-leninista y en la problematización de la historia del Marxismo.
En la historia reciente, este grupo de choque se consolidó gracias al apoyo que le brindó el Gobierno Radical-socialista instaurado en nuestro país desde 1983 hasta 1989, desde el Club de Cultura Socialista a las revistas “Ciudad Futuro” como en la misma de GRAMSCI, “PUNTO DE VISTA”, “PLURAL” sobre la nº 13. y hasta los medios “Córdoba” Y “La Voz del Interior”, y así, podríamos seguir agregando testimonios esclarecedores del itinerario revolucionario de la revista y editorial “PASADO Y PRESENTE”.
Por último, EL TEÓRICO ITALIANO MASSIMO L. SALVADORI (“GRAMSCI y el PCI: dos concepciones de la Hegemonía”, Mondooperario, 1976), sintetiza con excepcional los puntos centrales del pensamiento de ANTONIO GRAMSCI:
“Los puntos de la teorización que más se utilizan… son los que se refieren:
1) a la necesidad, para una fuerza que pretenda fundar un nuevo Estado, de convertirse en hegemónica aún antes de llegar al poder;
2) a la necesidad, para el proletariado de vincular a su perspectiva un bloque de fuerzas históricas capaz de expresar la complejidad de la sociedad civil;
3) a la necesidad, de atribuir un papel central a la vinculación con los INTELECTUALES;
4) a la necesidad, de desarrollar en Occidente (y América) una lucha que tenga adecuadamente en cuenta las dificultades y las diferencias entre las formas de la revolución social en Rusia y las formas de un proceso revolucionario en los países capitalistas desarrollados, es decir, de tener en cuenta las lecciones que se desprenden del fracaso de la revolución en Europa central y occidental en la primera posguerra”.
Consideramos, luego de este breve estudio, que tales condiciones se plantearon y desarrollaron, en el grupo de choque “PASADO Y PRESENTE” de ARICÓ de Córdoba.
INVOCAMOS en este día tan especial, el del aniversario de la batalla de LEPANTO, un 7 de octubre de 1571, a los 418º años de aquel acontecimiento trascendental para la Cristiandad, y pedimos la protección de la Santísima VIRGEN MARÍA, NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, para que guíe e ilumine a todos los que luchan contra los enemigos de la Ciudad Cristiana: POR DIOS y POR LA PATRIA.
GRATIAS AGAMUS DOMINO DEO NOSTRO!
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 326
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