Durante mucho tiempo se venía afirmando que la Argentina constituía un campo de batalla más de la guerra fría desatada por el comunismo internacional en el mundo libre. Sin embargo muchos eran los que desechaban dichas afirmaciones creyendo que por estar separados de los grandes focos de fricción, por no poseer una posición geoestratégica preponderante en el panorama geopolítico mundial, nuestro país estaba al abrigo de tal amenaza.
Paralelamente, la acción subrepticia psicológica comunista hacia todo lo posible para que estas últimas opiniones tomaran cuerpo y no despertaran sospechas entre quienes podían desarrollar una acción preventiva eficaz. De esta manera, cuando empezaron a estudiarse los problemas ocasionados en el mundo de la GUERRA REVOLUCIONARIA, no faltaron personas mal informadas – o deliberadamente bien instruidas – que se levantaron su voz contra tal estudio que hacían las fuerzas armadas. En esa campaña hasta se llegó a decir que el concepto de GUERRA REVOLUCIONARIA había sido inventado por “los elementos reaccionarios capitalistas”, con objeto de “someter a las masas trabajadoras del país”. De esta manera, se pretendía identificar - que por otra parte era desarrollada en todos aquellos países que tenían experiencias de guerra en su lucha contra el comunismo – con la represión de tal o cual grupo político.
Fue necesario que corriera sangre y que aparecieran los primeros guerrilleros comunistas uniformados, armados con modernas armas de fabricación soviética, y con banderas argentinas groseramente desfiguradas, para que hasta el más escéptico comprendiera la terrible verdad: nuestro país también era blanco de la guerra revolucionaria comunista.
En efecto, cuando las fuerzas de la GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA arrestaron en Salta, al noroeste del país, a una serie de un contingente que ostentaban visibles prendas militares semejantes a las empleadas por los guerrilleros castristas modelo Sierra Maestra en Cuba, y que empuñaban armas antitanques construidas en la Unión Soviética, así como otras armas portátiles de procedencia cubana; que abrevaban sus conocimientos en las más rancias obras marxistas-leninistas; que tenían un Código de Justicia Militar calcado de los códigos de MAO TSE Tung; que habían creado un llamado “Ejército Guerrillero del Pueblo” (EGP); y que habían reemplazado el radiante sol de mayo de la bandera argentina por un sol con los colores rojo y negro, correspondiente al movimiento comunista de FIDEL CASTRO RUZ, la verdad de la existencia de la guerra revolucionaria en este país no pudo ser ya más ignorada ni ocultada, aunque algunos pretendan esconder la cabeza en la tierra siguiendo la táctica del avestruz. (Según NATHANIEL WYEL, hijo natural, educado por los jesuitas, sostenido por el State Department, mantenido por la banca norteamericana…y qué más…peronismo o sinarquía).
A muchos habrá sorprendida, sin duda, la relativamente baja cantidad de guerrilleros detenidos y abatidos por las fuerzas del orden; más aún, explotando dicha cifra aparentemente exigua, algunos hasta han denunciado que todo se trataría “de un engaño” (“velo y engaño”) MONTADO por las fuerzas del imperialismo capitalista”.
Los que eso dicen y creen, ignoran los consejos y enseñanzas de los grandes teóricos y prácticos de la subversión comunista en América Latina. En este sentido, veamos lo que decía el famoso “CHE” GUEVARA: (oligarca, reformista del 18, pone bombas en plaza de Mayo con Roque Carranza, vencedor en Sierra Mestra, etc.) en su difundido libro LA GUERRA DE GUERRILAS, el cual ha pasado a ser algo así como el nuevo testamento de los movimientos subversivos y guerrilleros en nuestra América, y cuya influencia en los guerrilleros del llamado EGP es obvia e indiscutible. Decía el CHE GUEVARA:
“La victoria armada del pueblo cubano… ha demostrado palpablemente la capacidad del pueblo para liberarse de un gobierno que lo atenaza, a través de la lucha guerrillera.
“Consideramos que tres aportaciones fundamentales hizo la revolución cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América, SON ELLAS:
1. Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército.
2. No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución: el FOCO insurreccional puede crearlas.
3. En la América subdesarrollada, el terreno de la LUCHA ARMADA debe ser fundamentalmente el campo”.
Sin embargo, agrega más adelante que
“…la importancia de la lucha suburbana ha sido muy desestimada, pero es extraordinaria. Un buen trabajo de este tipo, extendido, extendido sobre una amplia área, paraliza casi totalmente la vida comercial e industrial de ese sector y coloca a la población entera en una situación de intranquilidad, de angustia, de ansia casi del desarrollo de sucesos violentos para salir de esa espera. Si desde el primer momento del inicio de la guerra se piensa en la posibilidad futura y se van organizando especialistas en este tipo de lucha, se garantizará una acción mucho más rápida y por tanto un ahorro de vidas y el precioso tiempo de la nación”.
Sobre los entretelones de la organización en la clandestinidad, EL “CHE” GUEVARA dice:
“Aunque las guerra de guerrillas cumple una serie derivadas de las generales de la guerra y, además, las propias de su tipo, es obvio que debe iniciarse con una tarea conspirativa alejada de la acción del pueblo y reducida a un pequeño núcleo de iniciados, si realmente se pretende empezar esta guerra desde algún otro país o desde regiones distintas y lejanas dentro de un mismo país. Si el movimiento guerrillero nace por la acción espontánea de un grupo de individuos que reaccionan contra un método de operación cualquiera, es posible que no se necesite otra condición que la organización posterior de ese núcleo guerrillero para impedir su aniquilamiento, pero en general, una lucha de guerrilla se inicia por una voluntad ya elaborada: algún jefe de prestigio la levanta para la salvación de su pueblo, y este hombre debe trabajar en condiciones difíciles en algún otro país extranjero.
“…la primera base sobre la cual debe establecerse el movimiento, es sobre un secreto absoluto, sobre la total ausencia de informaciones para el enemigo, y la segunda, también muy importante, es la selección del material humano. A veces está selección se realiza fácilmente, otras es extremadamente difícil hacerlo, puesto que hay que contar con los elementos que haya a mano, exilados por muchos años, o que se presentan al hacerse llamamientos, o simplemente porque entienden que su deber enrolarse en la lucha por liberar a su patria, etc., y no hay las bases necesarias para hacer una investigación completa sobre el individuo. No obstante todo ello, aun cuando se introduzcan elementos del régimen enemigo, es imperdonable que puedan dar posteriormente sus informaciones, puesto que en los momentos previos a la acción deben concentrarse en lugares secretos conocidos por una o dos personas solamente, todos los que van a participar en la misma, estrechamente vigilados por sus jefes y sin el más mínimo contacto con el mundo circundante. Mientras se hacen los preparativos de concentración para salir ya o porque hay que hacer un entrenamiento previo, o simplemente huir da la policía, hay que mantener siempre a todos los elementos nuevos y sobre los que no se tienen una cabal conocimiento, alejados de los lugares claves.
“Nadie, absolutamente nadie, debe saber, en condiciones de clandestinidad, sino lo estrictamente indispensable y nunca de debe hablar delante de nadie. Cuando ya se hayan realizado ciertos tipos de concentración, es imprescindible controlar hasta que las cartas que salen y llegan de modo de tener un conocimiento cabal de los contactos que el individuo haga, no se debe permitir que nadie viva solo, ni siquiera que salga solo, debe evitarse todos los medios los contactos personales de cualquier índole, del futuro miembro del Ejército Libertador… es necesario impedir las relaciones con mujeres.
“No se puede hablar aquí del número de la gente que se va preparar, depende eso de tantas y tan variadas condiciones que es prácticamente imposible hacerlo, solamente se puede hablar del número mínimo con se puede hablar del número mínimo con se puede iniciar una guerra de guerrillas. En mi concepción, considerando las naturales deserciones y flaquezas, a pesar del rigurosísimo proceso de selección, debe contarse con una base de 30 a 50 hombres; esta cifra es suficiente para iniciar una* LUCHA ARMADA* en cualquier país del mundo americano con las situaciones de buen territorio para operar, hambre de tierra, ataques reiterados a la justicia, etc.
“El revolucionario que está en la situación clandestina, preparándose para una guerra, debe ser un perfecto “ASCETA” y además sirve esto para probar una de las cualidades que posteriormente será la base de la autoridad, como es la disciplina. Si un individuo reiteradamente burla las órdenes de sus superiores y hace contacto con mujeres, contra las amistades no permitidas, etc., debe separarse inmediatamente, no ya contando los peligros potenciales de sus contactos, sino simplemente por violación de la disciplina revolucionaria.
“Las armas, ya se ha dicho, deben ser del tipo que usa el enemigo. Como medida aproximada, considerando siempre en principio todo gobierno como hostil a una acción guerrera emprendida desde su territorio, los núcleos que se preparen no deben ser superiores a los 50 o 100 hombres por unidad: es decir, no hay ninguna oposición a que sean 500 los hombres que van iniciar una guerra, por ejemplo, pero no deben estar los 500 concentrados. Primero porque son muchos y llaman la atención y luego, porque en caso de cualquier traición, de cualquier interferencia, de cualquier confidencia, cae todo el grupo; en cambio, es mucho más difícil ocupar simultáneamente varios lugares.
“Los depósitos de amas absolutamente deben ser secretos, con el conocimiento de sólo una o dos personas, y también deben estar distribuidos en varias partes, si es posible.
“Además de los preparativos ideológicos y morales, es necesario un preparativo minucioso de tipo físico: evidentemente, las guerrillas eligirán una zona montañosa o muy agreste para operar: de todas maneras, en cualquier situación que se encuentre, la base del Ejército Guerrillero es la marcha y no podrá haber lentos ni cansados: la preparación eficiente se entiende pues, como marchas agotadoras de día y de noche, aumentándolas paulatinamente y llevándolas hasta la extenuación, creando también emulación para la velocidad; velocidad y resistencia, serán las bases del primer núcleo guerrillero: además se puede dar una serie de conocimientos teóricos como orientación, lecturas de mapas, formas de sabotaje y si es posible, con fusil de guerra, muchos disparos sobre todo a blancos a distancia, mucha instrucción sobre las formas de utilizar las balas…”.
Como se puede apreciar, estas directivas del “CHE” GUEVARA se cumplían al pie de la letra, con lo cual queda demostrado una vez la siniestra colusión existente en contra de los países soberanos de América.
BOLIVIA y EL VALOR DE UNA EXPERIENCIA
La rápida represión sufrida por el EGP y la más reciente aniquilación de las de las guerrillas bolivianas que comandara el “CHE GUEVARA, y la misma muerte de éste, han hecho surgir en el ánimo de muchas personas la ilusión de que el nuevo curso de acción subversivo constituye un procedimiento errado que no tiene mayores posibilidades de éxito en América.
Sostener este punto de vista resulta lo mismo que dudar de la capacidad de reproducción de una pareja humana porque la mujer ha sufrido un accidental aborto. Pues tanto el caso del EGP argentino, como el de las guerrillas bolivianas, se han tratado de abortos, ya que en ambos casos los movimientos guerrilleros aún no habían cristalizado la primera fase del proceso (asentamiento), es decir, en ninguno de los dos casos se había llegado a la constitución mínima de una zona de operaciones (tercera etapa de la primera fase).
En ambas oportunidades, las guerrillas fueron descubiertas antes de tiempo, debiendo luego luchar por su supervivencia, con las consecuencias que son de dominio público.
En el caso argentino del EGP, el proceso abortó a comienzos de la etapa de habitación de la primera fase, mientras en el caso boliviano dicho evento acaeció al final de la misma. Pero en ninguno de ellos la guerrilla había alcanzado a desarrollarse lo suficiente como para efectuar el rudo golpe inicial contra la administración estatal, que establecen las reglas tácticas del nuevo curso de acción. Fuera de ello, el desarrollo de los procesos guerrilleros estaba perfectamente de acuerdo con la línea trazada: gran secreto inicial, aislamiento total de la población del lugar, trabajo clandestino de instrucción y adecuación a la zona, independencia y ausencia de contactos con los partidos comunistas (PC) tradicionales del país, etc.
Por ello sorprende que cuando se analizan las razones del “fracaso” de dichas guerrillas, se esgriman los argumentos de que les faltaron el apoyo del pueblo. Se olvidan estas personas de analizar que ningún momento los teóricos comunistas rehuyeron el apoyo popular y que su captación es objeto de un largo proceso. Este proceso puede basarse tanto en un largo trabajo psicológico, como en la preparación de una rapidísima roma de conciencia popular. En el primer caso es indispensable una prolongada acción de ablandamiento y de creación de una conciencia subversiva. En el segundo, el proceso comienza por la preparación de una fuerza destinada a despertar bruscamente al pueblo de su letargo, haciéndole ver la existencia de un poder capaz de conmover el armazón gubernamental, haciéndole nacer la posibilidad de derrocar a un sistema que aparentemente no ha sabido hallar una solución a su afligente situación social y económica.
Así, el campesino ve en la guerrilla “algo nuevo” que tiene fuerza para oponerse al gobierno, y con la convicción de que “nada se pierde con probar lo nuevo”, entra a colaborar con los guerrilleros, sin tener conciencia de que obrando así entra a formar parte del juego subversivo que llegará su país hacia el comunismo.
MARIO MÉNDEZ, director de la revista filocomunista y proguerrillera mexicana “Sucesos”, cuenta que en una de sus giras “de visita” a las guerrillas colombianas del llamado ELP (Ejército de Liberación Nacional) comandado por FABIO VÁSQUEZ CASTAÑO, pudo observar que en una oportunidad, al pasar una columna de guerrilleros por una aldea, los pobladores se quedaron mirándola con total indiferencia. Pero luego, al verla regresar victoriosa, con las armas capturadas a una unidad del ejército colombiano que habían aniquilado en un punto situado entre los ríos Carare y Opón, aquellos mismos campesinos mostraron en su rostro “una gran alegría” y muchos de ellos “solicitaron su incorporación y pedían un arma de las arrebatadas al enemigo”. Este es el verdadero significado de lo que se ha dado en llamar “la propaganda armada”, la “propaganda de los tiros, de los combates que se hagan o se pierden, pero se dan, contra el enemigo…”.
En Bolivia estos casos de “propaganda armada” casi no tuvieron lugar. La guerrilla era débil y si bien consiguió un par un par de éxitos iniciales, pronto debió combatir por su sobrevivencia. Lo poco que obtuvo lo logró mediante soborno, compra o terror, como se desprende del Diario del “CHE” GUEVARA.
Otro argumento que se esgrime en la crítica es que las zonas elegidas para desarrollar la guerrilla eran muy poco pobladas lo que conspiraría contra el principio que afirma que la población es para el guerrillero lo que el agua para el pez. Aquí, nuevamente vuelve a errarse la apreciación, ya que si bien ese aserto es válido para una guerrilla en pleno desarrollo, no lo es, sin embargo, para cuando recién se inicia, cuando se encuentra en gestación. Así, la extrema clandestinidad, aislamiento y desconfianza exigidos tanto por el extinto “CHE” GUEVARA como por REGIS DEBRAY, son los únicos medios que tienen las guerrillas para llegar a una zona, aclimatarse a la misma y capacitarse militarmente para su posterior fase operativa. Si una guerrilla; o mejor dicho, si un movimiento guerrillero no procediera en sus comienzos con este sigilo, sería fácilmente detectado y aniquilado en las primeras horas. Los casos de Bolivia y de la Argentina demuestran precisamente cuán difícil le resulta a una guerrilla pasar desapercibida en sus etapas iniciales y, a no dudar, los próximos movimientos guerrilleros extremarán aún más sus medidas de clandestinidad y aislamiento.
Lo que sí parece ser un punto débil del nuevo curso de acción es la subestimación con que los jefes guerrilleros han considerado a la capacidad de lucha y la fidelidad de los soldados conscriptos de los ejércitos americanos. Asimismo, al parecer, no han valorado mucho la repercusión que tiene en la población local el hecho de que los combates contra las fuerzas de los ejércitos regulares causan bajas entre el personal de soldados conscriptos provenientes del PUEBLO, de ese mismo PUEBLO que dicen los guerrilleros defender. De esta manera, la población se predispone muy desfavorablemente en contra de éstos, y a los gobiernos nacionales americanos resulta muy fácil movilizar psicológicamente a la opinión pública en contra de la guerrilla, “asesina de los hijos del PUEBLO”.
Esta realidad, tal vez, podrá hacer que la acción comunista legal (en aquellos países donde su libre accionar político este permitido) o la acción criptocomunista de kpistós: oculto y demagógica (donde el comunismo esté proscripto), tienda cada vez con mayor énfasis a bregar por la supresión del servicio militar obligatorio y la implantación del sistema del voluntariado como base de la defensa nacional, a fin de lograr los objetivos del aislamiento de las fuerzas armadas del calor y la vena popular, del pueblo, tal como decíamos en otras páginas.
OTRO elemento que al parecer resultó muy sobrevalorado ha sido sin duda la capacidad de captación y convencimiento de la población por parte de los jefes guerrilleros. Es indudable que ha faltado un concienzudo estudio y análisis previo
De los grupos idiosincrásicos bolivianos y de sus reacciones a los estímulos subversivos, a fin de permitir el empleo de ideas y argumentos que hicieran inclinar hacia la guerrilla la voluntad de la población del lugar. “SON IMPENETRABLES…” se lamentaba el “CHE GUEVARA” en su Diario ante la impasibilidad de los CAMPESINOS bolivianos por él tratados.
Claro que si tenemos en cuenta el período y las circunstancias en que se produjo el fracaso del “CHE GUEVARA” en Bolivia, resulta comprensible el desenlace fatal que tuvo la “aventura boliviana” del conspicuo jefe guerrillero desaparecido.
Es muy posible que durante cierto tiempo la actividad guerrillera quede reducida en algunas partes del continente a un mínimo de acciones de supervivencia, mientras se estudian las experiencias recogidas en Bolivia y llevas a Cuba por los supervivientes del FOCO que comandara el “CHE”.
De todas maneras, las firmes declaraciones formuladas en La Habana luego de la muerte de éste, revelan la firme decisión del comunismo antillano de continuar la lucha guerrillera hasta sus últimas consecuencias y constituyen un motivo de preocupación más, ya que no hay duda que estos aparentes “fracasos” contribuirán a perfeccionar a perfeccionar aún más sus procedimientos revolucionarios subrepticios y su nuevo curso acción subversivo. Este, creemos, es el verdadero valor de la experiencia boliviana y de la muerte del “CHE” y cómo tal debemos valorarla y tenerla siempre presente.
Tanto las declaraciones de FIDEL CASTRO RUZ como las de la OLAS y de ex guerrilleros que combatieron en Bolivia, dejan pocas dudas sobre las intenciones subversivas que alimenta el gobierno de La Habana. Una prueba de ello lo constituye el mensaje “LA GUERRILLA BOLIVIANA NO HA MUERTO”.
Para terminar, dos párrafos de la exposición que hiciera el 23 de septiembre de 1967 el ministro de relaciones de la Argentina, NICANOR COSTA MÉNDEZ, en la XII Reunión de Consulta de Cancilleres americanos, convocada precisamente para tratar el grave problema continental que representa la AGRESIÓN CASTROCOMUNISTA a través del nuevo curso de acción subversivo:
“…No cabe duda que la guerra subversiva amenaza la seguridad continental…Esta amenaza, ya es agresión en algunos países. Sabemos que, dada la estrategia con que es conducida, en forma centralizada y sistemática por el gobierno de Cuba, esa agresión no este o aquel país, esta dirigida contra el conjunto de las naciones americanas. Por ello es que la aparición de brotes subversivos en algunos lugares precisos no puede ser considerada como un fenómeno aislado: ellos constituyen manifestaciones concretas de una amenaza que es global y total…
No se trata sólo de adoptar medidas defensivas o de réplica o de rechazar alguna acción, una actitud o un desafío. Debemos actuar positivamente, afirmando los grandes principios del sistema de no intervención, el principio de la igualdad jurídico de los Estados, el sustento jurídico y político de nuestra organización proclamando la vigencia plena de los derechos humanos y de la libertad personal…”.
Bibliografía básica:
*“Guerrillas y subversión en América Latina” por ENRIQUE MARTÍNEZ CODO, la Guerra Revolucionaria Comunista, de la revista Manual de Informaciones Extraordinario. Bueno Aires, 1965, 58 páginas.
*NATHANIEL WEYL, La estrella roja sobre Cuba, Editorial Freeland, Buenos Aires, 1961, 221 págs. El asalto soviético al hemisferio occidental.
*Cabo Gendarme , JUAN ADOLFO ROMERO, véase LUCHA ARMADA, trabajos gabriel, 2007 o/ EL GENDARME CABO J. A. ROMERO, vencedor del EGP, Orán, Salta, 1964. 467 págs.
*El Liberalismo izquierdista, Pastoral del Excmo y Revmo Señor BUILES, Obispo de Santa Rosa de Osos, República de Colombía – Para la Cuaresma de 1949-2009, febrero de 1949. 67 p. Diario Pampero nº 109. 13.10.08.
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 285
IR a la portada de Diario Pampero Blog
Paralelamente, la acción subrepticia psicológica comunista hacia todo lo posible para que estas últimas opiniones tomaran cuerpo y no despertaran sospechas entre quienes podían desarrollar una acción preventiva eficaz. De esta manera, cuando empezaron a estudiarse los problemas ocasionados en el mundo de la GUERRA REVOLUCIONARIA, no faltaron personas mal informadas – o deliberadamente bien instruidas – que se levantaron su voz contra tal estudio que hacían las fuerzas armadas. En esa campaña hasta se llegó a decir que el concepto de GUERRA REVOLUCIONARIA había sido inventado por “los elementos reaccionarios capitalistas”, con objeto de “someter a las masas trabajadoras del país”. De esta manera, se pretendía identificar - que por otra parte era desarrollada en todos aquellos países que tenían experiencias de guerra en su lucha contra el comunismo – con la represión de tal o cual grupo político.
Fue necesario que corriera sangre y que aparecieran los primeros guerrilleros comunistas uniformados, armados con modernas armas de fabricación soviética, y con banderas argentinas groseramente desfiguradas, para que hasta el más escéptico comprendiera la terrible verdad: nuestro país también era blanco de la guerra revolucionaria comunista.
En efecto, cuando las fuerzas de la GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA arrestaron en Salta, al noroeste del país, a una serie de un contingente que ostentaban visibles prendas militares semejantes a las empleadas por los guerrilleros castristas modelo Sierra Maestra en Cuba, y que empuñaban armas antitanques construidas en la Unión Soviética, así como otras armas portátiles de procedencia cubana; que abrevaban sus conocimientos en las más rancias obras marxistas-leninistas; que tenían un Código de Justicia Militar calcado de los códigos de MAO TSE Tung; que habían creado un llamado “Ejército Guerrillero del Pueblo” (EGP); y que habían reemplazado el radiante sol de mayo de la bandera argentina por un sol con los colores rojo y negro, correspondiente al movimiento comunista de FIDEL CASTRO RUZ, la verdad de la existencia de la guerra revolucionaria en este país no pudo ser ya más ignorada ni ocultada, aunque algunos pretendan esconder la cabeza en la tierra siguiendo la táctica del avestruz. (Según NATHANIEL WYEL, hijo natural, educado por los jesuitas, sostenido por el State Department, mantenido por la banca norteamericana…y qué más…peronismo o sinarquía).
A muchos habrá sorprendida, sin duda, la relativamente baja cantidad de guerrilleros detenidos y abatidos por las fuerzas del orden; más aún, explotando dicha cifra aparentemente exigua, algunos hasta han denunciado que todo se trataría “de un engaño” (“velo y engaño”) MONTADO por las fuerzas del imperialismo capitalista”.
Los que eso dicen y creen, ignoran los consejos y enseñanzas de los grandes teóricos y prácticos de la subversión comunista en América Latina. En este sentido, veamos lo que decía el famoso “CHE” GUEVARA: (oligarca, reformista del 18, pone bombas en plaza de Mayo con Roque Carranza, vencedor en Sierra Mestra, etc.) en su difundido libro LA GUERRA DE GUERRILAS, el cual ha pasado a ser algo así como el nuevo testamento de los movimientos subversivos y guerrilleros en nuestra América, y cuya influencia en los guerrilleros del llamado EGP es obvia e indiscutible. Decía el CHE GUEVARA:
“La victoria armada del pueblo cubano… ha demostrado palpablemente la capacidad del pueblo para liberarse de un gobierno que lo atenaza, a través de la lucha guerrillera.
“Consideramos que tres aportaciones fundamentales hizo la revolución cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América, SON ELLAS:
1. Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército.
2. No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución: el FOCO insurreccional puede crearlas.
3. En la América subdesarrollada, el terreno de la LUCHA ARMADA debe ser fundamentalmente el campo”.
Sin embargo, agrega más adelante que
“…la importancia de la lucha suburbana ha sido muy desestimada, pero es extraordinaria. Un buen trabajo de este tipo, extendido, extendido sobre una amplia área, paraliza casi totalmente la vida comercial e industrial de ese sector y coloca a la población entera en una situación de intranquilidad, de angustia, de ansia casi del desarrollo de sucesos violentos para salir de esa espera. Si desde el primer momento del inicio de la guerra se piensa en la posibilidad futura y se van organizando especialistas en este tipo de lucha, se garantizará una acción mucho más rápida y por tanto un ahorro de vidas y el precioso tiempo de la nación”.
Sobre los entretelones de la organización en la clandestinidad, EL “CHE” GUEVARA dice:
“Aunque las guerra de guerrillas cumple una serie derivadas de las generales de la guerra y, además, las propias de su tipo, es obvio que debe iniciarse con una tarea conspirativa alejada de la acción del pueblo y reducida a un pequeño núcleo de iniciados, si realmente se pretende empezar esta guerra desde algún otro país o desde regiones distintas y lejanas dentro de un mismo país. Si el movimiento guerrillero nace por la acción espontánea de un grupo de individuos que reaccionan contra un método de operación cualquiera, es posible que no se necesite otra condición que la organización posterior de ese núcleo guerrillero para impedir su aniquilamiento, pero en general, una lucha de guerrilla se inicia por una voluntad ya elaborada: algún jefe de prestigio la levanta para la salvación de su pueblo, y este hombre debe trabajar en condiciones difíciles en algún otro país extranjero.
“…la primera base sobre la cual debe establecerse el movimiento, es sobre un secreto absoluto, sobre la total ausencia de informaciones para el enemigo, y la segunda, también muy importante, es la selección del material humano. A veces está selección se realiza fácilmente, otras es extremadamente difícil hacerlo, puesto que hay que contar con los elementos que haya a mano, exilados por muchos años, o que se presentan al hacerse llamamientos, o simplemente porque entienden que su deber enrolarse en la lucha por liberar a su patria, etc., y no hay las bases necesarias para hacer una investigación completa sobre el individuo. No obstante todo ello, aun cuando se introduzcan elementos del régimen enemigo, es imperdonable que puedan dar posteriormente sus informaciones, puesto que en los momentos previos a la acción deben concentrarse en lugares secretos conocidos por una o dos personas solamente, todos los que van a participar en la misma, estrechamente vigilados por sus jefes y sin el más mínimo contacto con el mundo circundante. Mientras se hacen los preparativos de concentración para salir ya o porque hay que hacer un entrenamiento previo, o simplemente huir da la policía, hay que mantener siempre a todos los elementos nuevos y sobre los que no se tienen una cabal conocimiento, alejados de los lugares claves.
“Nadie, absolutamente nadie, debe saber, en condiciones de clandestinidad, sino lo estrictamente indispensable y nunca de debe hablar delante de nadie. Cuando ya se hayan realizado ciertos tipos de concentración, es imprescindible controlar hasta que las cartas que salen y llegan de modo de tener un conocimiento cabal de los contactos que el individuo haga, no se debe permitir que nadie viva solo, ni siquiera que salga solo, debe evitarse todos los medios los contactos personales de cualquier índole, del futuro miembro del Ejército Libertador… es necesario impedir las relaciones con mujeres.
“No se puede hablar aquí del número de la gente que se va preparar, depende eso de tantas y tan variadas condiciones que es prácticamente imposible hacerlo, solamente se puede hablar del número mínimo con se puede hablar del número mínimo con se puede iniciar una guerra de guerrillas. En mi concepción, considerando las naturales deserciones y flaquezas, a pesar del rigurosísimo proceso de selección, debe contarse con una base de 30 a 50 hombres; esta cifra es suficiente para iniciar una* LUCHA ARMADA* en cualquier país del mundo americano con las situaciones de buen territorio para operar, hambre de tierra, ataques reiterados a la justicia, etc.
“El revolucionario que está en la situación clandestina, preparándose para una guerra, debe ser un perfecto “ASCETA” y además sirve esto para probar una de las cualidades que posteriormente será la base de la autoridad, como es la disciplina. Si un individuo reiteradamente burla las órdenes de sus superiores y hace contacto con mujeres, contra las amistades no permitidas, etc., debe separarse inmediatamente, no ya contando los peligros potenciales de sus contactos, sino simplemente por violación de la disciplina revolucionaria.
“Las armas, ya se ha dicho, deben ser del tipo que usa el enemigo. Como medida aproximada, considerando siempre en principio todo gobierno como hostil a una acción guerrera emprendida desde su territorio, los núcleos que se preparen no deben ser superiores a los 50 o 100 hombres por unidad: es decir, no hay ninguna oposición a que sean 500 los hombres que van iniciar una guerra, por ejemplo, pero no deben estar los 500 concentrados. Primero porque son muchos y llaman la atención y luego, porque en caso de cualquier traición, de cualquier interferencia, de cualquier confidencia, cae todo el grupo; en cambio, es mucho más difícil ocupar simultáneamente varios lugares.
“Los depósitos de amas absolutamente deben ser secretos, con el conocimiento de sólo una o dos personas, y también deben estar distribuidos en varias partes, si es posible.
“Además de los preparativos ideológicos y morales, es necesario un preparativo minucioso de tipo físico: evidentemente, las guerrillas eligirán una zona montañosa o muy agreste para operar: de todas maneras, en cualquier situación que se encuentre, la base del Ejército Guerrillero es la marcha y no podrá haber lentos ni cansados: la preparación eficiente se entiende pues, como marchas agotadoras de día y de noche, aumentándolas paulatinamente y llevándolas hasta la extenuación, creando también emulación para la velocidad; velocidad y resistencia, serán las bases del primer núcleo guerrillero: además se puede dar una serie de conocimientos teóricos como orientación, lecturas de mapas, formas de sabotaje y si es posible, con fusil de guerra, muchos disparos sobre todo a blancos a distancia, mucha instrucción sobre las formas de utilizar las balas…”.
Como se puede apreciar, estas directivas del “CHE” GUEVARA se cumplían al pie de la letra, con lo cual queda demostrado una vez la siniestra colusión existente en contra de los países soberanos de América.
BOLIVIA y EL VALOR DE UNA EXPERIENCIA
La rápida represión sufrida por el EGP y la más reciente aniquilación de las de las guerrillas bolivianas que comandara el “CHE GUEVARA, y la misma muerte de éste, han hecho surgir en el ánimo de muchas personas la ilusión de que el nuevo curso de acción subversivo constituye un procedimiento errado que no tiene mayores posibilidades de éxito en América.
Sostener este punto de vista resulta lo mismo que dudar de la capacidad de reproducción de una pareja humana porque la mujer ha sufrido un accidental aborto. Pues tanto el caso del EGP argentino, como el de las guerrillas bolivianas, se han tratado de abortos, ya que en ambos casos los movimientos guerrilleros aún no habían cristalizado la primera fase del proceso (asentamiento), es decir, en ninguno de los dos casos se había llegado a la constitución mínima de una zona de operaciones (tercera etapa de la primera fase).
En ambas oportunidades, las guerrillas fueron descubiertas antes de tiempo, debiendo luego luchar por su supervivencia, con las consecuencias que son de dominio público.
En el caso argentino del EGP, el proceso abortó a comienzos de la etapa de habitación de la primera fase, mientras en el caso boliviano dicho evento acaeció al final de la misma. Pero en ninguno de ellos la guerrilla había alcanzado a desarrollarse lo suficiente como para efectuar el rudo golpe inicial contra la administración estatal, que establecen las reglas tácticas del nuevo curso de acción. Fuera de ello, el desarrollo de los procesos guerrilleros estaba perfectamente de acuerdo con la línea trazada: gran secreto inicial, aislamiento total de la población del lugar, trabajo clandestino de instrucción y adecuación a la zona, independencia y ausencia de contactos con los partidos comunistas (PC) tradicionales del país, etc.
Por ello sorprende que cuando se analizan las razones del “fracaso” de dichas guerrillas, se esgriman los argumentos de que les faltaron el apoyo del pueblo. Se olvidan estas personas de analizar que ningún momento los teóricos comunistas rehuyeron el apoyo popular y que su captación es objeto de un largo proceso. Este proceso puede basarse tanto en un largo trabajo psicológico, como en la preparación de una rapidísima roma de conciencia popular. En el primer caso es indispensable una prolongada acción de ablandamiento y de creación de una conciencia subversiva. En el segundo, el proceso comienza por la preparación de una fuerza destinada a despertar bruscamente al pueblo de su letargo, haciéndole ver la existencia de un poder capaz de conmover el armazón gubernamental, haciéndole nacer la posibilidad de derrocar a un sistema que aparentemente no ha sabido hallar una solución a su afligente situación social y económica.
Así, el campesino ve en la guerrilla “algo nuevo” que tiene fuerza para oponerse al gobierno, y con la convicción de que “nada se pierde con probar lo nuevo”, entra a colaborar con los guerrilleros, sin tener conciencia de que obrando así entra a formar parte del juego subversivo que llegará su país hacia el comunismo.
MARIO MÉNDEZ, director de la revista filocomunista y proguerrillera mexicana “Sucesos”, cuenta que en una de sus giras “de visita” a las guerrillas colombianas del llamado ELP (Ejército de Liberación Nacional) comandado por FABIO VÁSQUEZ CASTAÑO, pudo observar que en una oportunidad, al pasar una columna de guerrilleros por una aldea, los pobladores se quedaron mirándola con total indiferencia. Pero luego, al verla regresar victoriosa, con las armas capturadas a una unidad del ejército colombiano que habían aniquilado en un punto situado entre los ríos Carare y Opón, aquellos mismos campesinos mostraron en su rostro “una gran alegría” y muchos de ellos “solicitaron su incorporación y pedían un arma de las arrebatadas al enemigo”. Este es el verdadero significado de lo que se ha dado en llamar “la propaganda armada”, la “propaganda de los tiros, de los combates que se hagan o se pierden, pero se dan, contra el enemigo…”.
En Bolivia estos casos de “propaganda armada” casi no tuvieron lugar. La guerrilla era débil y si bien consiguió un par un par de éxitos iniciales, pronto debió combatir por su sobrevivencia. Lo poco que obtuvo lo logró mediante soborno, compra o terror, como se desprende del Diario del “CHE” GUEVARA.
Otro argumento que se esgrime en la crítica es que las zonas elegidas para desarrollar la guerrilla eran muy poco pobladas lo que conspiraría contra el principio que afirma que la población es para el guerrillero lo que el agua para el pez. Aquí, nuevamente vuelve a errarse la apreciación, ya que si bien ese aserto es válido para una guerrilla en pleno desarrollo, no lo es, sin embargo, para cuando recién se inicia, cuando se encuentra en gestación. Así, la extrema clandestinidad, aislamiento y desconfianza exigidos tanto por el extinto “CHE” GUEVARA como por REGIS DEBRAY, son los únicos medios que tienen las guerrillas para llegar a una zona, aclimatarse a la misma y capacitarse militarmente para su posterior fase operativa. Si una guerrilla; o mejor dicho, si un movimiento guerrillero no procediera en sus comienzos con este sigilo, sería fácilmente detectado y aniquilado en las primeras horas. Los casos de Bolivia y de la Argentina demuestran precisamente cuán difícil le resulta a una guerrilla pasar desapercibida en sus etapas iniciales y, a no dudar, los próximos movimientos guerrilleros extremarán aún más sus medidas de clandestinidad y aislamiento.
Lo que sí parece ser un punto débil del nuevo curso de acción es la subestimación con que los jefes guerrilleros han considerado a la capacidad de lucha y la fidelidad de los soldados conscriptos de los ejércitos americanos. Asimismo, al parecer, no han valorado mucho la repercusión que tiene en la población local el hecho de que los combates contra las fuerzas de los ejércitos regulares causan bajas entre el personal de soldados conscriptos provenientes del PUEBLO, de ese mismo PUEBLO que dicen los guerrilleros defender. De esta manera, la población se predispone muy desfavorablemente en contra de éstos, y a los gobiernos nacionales americanos resulta muy fácil movilizar psicológicamente a la opinión pública en contra de la guerrilla, “asesina de los hijos del PUEBLO”.
Esta realidad, tal vez, podrá hacer que la acción comunista legal (en aquellos países donde su libre accionar político este permitido) o la acción criptocomunista de kpistós: oculto y demagógica (donde el comunismo esté proscripto), tienda cada vez con mayor énfasis a bregar por la supresión del servicio militar obligatorio y la implantación del sistema del voluntariado como base de la defensa nacional, a fin de lograr los objetivos del aislamiento de las fuerzas armadas del calor y la vena popular, del pueblo, tal como decíamos en otras páginas.
OTRO elemento que al parecer resultó muy sobrevalorado ha sido sin duda la capacidad de captación y convencimiento de la población por parte de los jefes guerrilleros. Es indudable que ha faltado un concienzudo estudio y análisis previo
De los grupos idiosincrásicos bolivianos y de sus reacciones a los estímulos subversivos, a fin de permitir el empleo de ideas y argumentos que hicieran inclinar hacia la guerrilla la voluntad de la población del lugar. “SON IMPENETRABLES…” se lamentaba el “CHE GUEVARA” en su Diario ante la impasibilidad de los CAMPESINOS bolivianos por él tratados.
Claro que si tenemos en cuenta el período y las circunstancias en que se produjo el fracaso del “CHE GUEVARA” en Bolivia, resulta comprensible el desenlace fatal que tuvo la “aventura boliviana” del conspicuo jefe guerrillero desaparecido.
Es muy posible que durante cierto tiempo la actividad guerrillera quede reducida en algunas partes del continente a un mínimo de acciones de supervivencia, mientras se estudian las experiencias recogidas en Bolivia y llevas a Cuba por los supervivientes del FOCO que comandara el “CHE”.
De todas maneras, las firmes declaraciones formuladas en La Habana luego de la muerte de éste, revelan la firme decisión del comunismo antillano de continuar la lucha guerrillera hasta sus últimas consecuencias y constituyen un motivo de preocupación más, ya que no hay duda que estos aparentes “fracasos” contribuirán a perfeccionar a perfeccionar aún más sus procedimientos revolucionarios subrepticios y su nuevo curso acción subversivo. Este, creemos, es el verdadero valor de la experiencia boliviana y de la muerte del “CHE” y cómo tal debemos valorarla y tenerla siempre presente.
Tanto las declaraciones de FIDEL CASTRO RUZ como las de la OLAS y de ex guerrilleros que combatieron en Bolivia, dejan pocas dudas sobre las intenciones subversivas que alimenta el gobierno de La Habana. Una prueba de ello lo constituye el mensaje “LA GUERRILLA BOLIVIANA NO HA MUERTO”.
Para terminar, dos párrafos de la exposición que hiciera el 23 de septiembre de 1967 el ministro de relaciones de la Argentina, NICANOR COSTA MÉNDEZ, en la XII Reunión de Consulta de Cancilleres americanos, convocada precisamente para tratar el grave problema continental que representa la AGRESIÓN CASTROCOMUNISTA a través del nuevo curso de acción subversivo:
“…No cabe duda que la guerra subversiva amenaza la seguridad continental…Esta amenaza, ya es agresión en algunos países. Sabemos que, dada la estrategia con que es conducida, en forma centralizada y sistemática por el gobierno de Cuba, esa agresión no este o aquel país, esta dirigida contra el conjunto de las naciones americanas. Por ello es que la aparición de brotes subversivos en algunos lugares precisos no puede ser considerada como un fenómeno aislado: ellos constituyen manifestaciones concretas de una amenaza que es global y total…
No se trata sólo de adoptar medidas defensivas o de réplica o de rechazar alguna acción, una actitud o un desafío. Debemos actuar positivamente, afirmando los grandes principios del sistema de no intervención, el principio de la igualdad jurídico de los Estados, el sustento jurídico y político de nuestra organización proclamando la vigencia plena de los derechos humanos y de la libertad personal…”.
Bibliografía básica:
*“Guerrillas y subversión en América Latina” por ENRIQUE MARTÍNEZ CODO, la Guerra Revolucionaria Comunista, de la revista Manual de Informaciones Extraordinario. Bueno Aires, 1965, 58 páginas.
*NATHANIEL WEYL, La estrella roja sobre Cuba, Editorial Freeland, Buenos Aires, 1961, 221 págs. El asalto soviético al hemisferio occidental.
*Cabo Gendarme , JUAN ADOLFO ROMERO, véase LUCHA ARMADA, trabajos gabriel, 2007 o/ EL GENDARME CABO J. A. ROMERO, vencedor del EGP, Orán, Salta, 1964. 467 págs.
*El Liberalismo izquierdista, Pastoral del Excmo y Revmo Señor BUILES, Obispo de Santa Rosa de Osos, República de Colombía – Para la Cuaresma de 1949-2009, febrero de 1949. 67 p. Diario Pampero nº 109. 13.10.08.
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 285
IR a la portada de Diario Pampero Blog